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La importancia del upskilling y el reskilling para empresas y trabajadores

Seguramente has oído hablar de upskilling y reskilling. El interés por la formación se ha incrementado notablemente en los últimos tiempos, a medida que se transforman los entornos laborales y avanzan rápidamente las nuevas tecnologías. Los trabajadores sienten la necesidad de poner al día sus conocimientos y habilidades, y las empresas, de cubrir las nuevas brechas de talento.

Importancia del upskilling y reskilling hoy en día

Los cambios en el mercado laboral suceden más rápido de lo que muchos son capaces de percibir. Según un estudio de la consultora Gartner, el 33% de las habilidades demandadas en el mercado laboral en 2017 ya no servían en 2021. Estas rápidas transformaciones generan enormes reservas de trabajadores desentrenados o con conocimientos obsoletos.

Todos esos procesos de cambio se aceleraron o acrecentaron a raíz de la pandemia de COVID-19. La imposición del teletrabajo y la proliferación de herramientas digitales, prácticamente de la noche a la mañana, tuvo un fuerte impacto en las necesidades de formación. Según algunos estudios, el número de trabajadores en todo el mundo que precisó algún tipo de puesta al día a consecuencia de la pandemia ascendió a 300 millones, una décima parte de la fuerza laboral mundial.

A esto hay que añadir los entornos de incertidumbre en los que se desenvuelven actualmente multitud de organizaciones, bien por las variaciones en la demanda, bien por las condiciones económicas globales. Esta inestabilidad obliga a las empresas a disponer de fuerzas de trabajo flexibles, capaces de adaptarse a escenarios cambiantes. Y es aquí donde el upskilling y el reskilling juegan un papel fundamental para la competitividad de las organizaciones.

Definición: ¿qué son upskilling y reskilling?

Es indudable que los gaps de talento existen en el mercado laboral actual. Sencillamente, muchas empresas no encuentran trabajadores con las habilidades necesarias para cubrir sus vacantes, especialmente en sectores cuanto más avanzados tecnológicamente.

Aquí es donde entra en juego la formación del talento interno. A menudo, no es necesario salir a buscar talento al exterior, porque los propios empleados reúnen el perfil ideal para ser re-entrenados: están familiarizados con la cultura corporativa y no es necesario diseñar un proceso de onboarding que les acoja.

¿Qué se entiende por upskilling y reskilling? Son términos que se emplean en ocasiones como sinónimos, aunque hay diferencias notables entre ellos. De manera muy simplificada, upskilling tiene que ver con la especialización, y reskilling, con la versatilidad.

Qué es el Upskilling

El upskilling se refiere a mejorar las capacidades de los empleados en sus puestos actuales. No es necesario que cambien de función o posición en la empresa: simplemente se les dota de recursos para que sean capaces de hacer más cosas o hagan mejor las que ya conocen. Por ejemplo, es posible actualizar a un analista financiero con un curso de analítica avanzada, de manera que sepa extraer mejor partido de las bases de datos que maneja.

Qué es el Reskilling

Por su parte, se entiende por reskilling la adquisición de nuevas habilidades o conocimientos para ocupar funciones o responsabilidades totalmente nuevas, ya sea dentro de la propia empresa, o bien en un nuevo destino laboral. Las posibilidades del reskilling son casi infinitas, bien dentro de un mismo sector, o bien cuando se trata de dar un giro profesional radical.

¿Cuándo utilizar upskilling?

Todo el entorno relacionado con un puesto de trabajo es dinámico: las herramientas, las responsabilidades, los conocimientos… El upskilling es necesario para que los empleados no tengan la sensación de estar desfasados, o bien para igualar diferencias entre los mejor y peor preparados. La formación les ayudará a mantenerse útiles y productivos.

¿Y cuándo recurrir al reskilling?

Hay diferentes escenarios, pero el más común está relacionado con retener a trabajadores valiosos cuyos roles han quedado obsoletos o se han convertido en prescindibles. Por ejemplo, un innovador software financiero reduce la necesidad de trabajar con cinco contables a solo tres. En lugar de despedir a dos personas, el reskilling permitirá ubicarlas en nuevas posiciones.

Cómo implementar upskilling y reskilling en la empresa

El upskilling y el reskilling necesitan de una planificación estratégica para ser llevados a cabo con éxito. Un buen plan consiste en seguir una serie de pasos:

  1. Priorizar: no es posible actualizar los conocimientos de toda una organización al mismo tiempo. La decisión de dónde invertir los recursos de formación debe basarse en identificar las habilidades o herramientas más necesarias para el conjunto de la organización. Por ejemplo, qué tecnologías o qué plataformas de comunicación se precisan de manera inmediata.

  2. Personalizar: el proceso de aprendizaje será más eficiente si previamente se ha perfilado el background de cada empleado: qué es lo que sabe hacer y qué es lo que necesita aprender o reforzar. De esta forma, es más sencillo establecer las necesidades individuales y asignar los recursos formativos.

  3. Motivar: la resistencia al cambio puede suponer un freno para la puesta al día de conocimientos y skills. Una buena política de comunicación es clave para hacer llegar a los empleados los beneficios del upskilling y el reskilling, y hacerles saber que cuentan con el respaldo de la organización. Si la comunicación es bidireccional, servirá para que la empresa conozca cuáles son las nuevas habilidades que demandan los empleados.

  4. Medir: como cualquier otra iniciativa empresarial, los programas de formación pueden -y deben- trasladarse a datos que permitan medir su eficiencia. Deben programarse sobre objetivos claros y medir regularmente los progresos a través de KPIs creados ad hoc.

Cualquier empresa que implemente programas de upskilling y reskilling obtendrá claros beneficios:

  • Reducirá los despidos y la tasa de rotación, y con ello el número de procesos de contratación (con los costes que estos conllevan).

  • Optimizará el conocimiento y la experiencia de sus empleados.

  • Aumentará el atractivo de su marca empleadora, comprometida con la formación y continuidad de sus trabajadores.

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